
Antonia Guerrero, Antonia Acuña y Claudia Pizarro
En marzo, Antonia Acuña y Antonia Guerrero, junto a su profesora Claudia Pizarro, visitarán el territorio que contiene aproximadamente el 90% del hielo del planeta. Esto, tras presentar su investigación sobre la presencia de antibióticos en las aguas residuales de las bases antárticas en la XXI Feria Antártica Escolar.
El récord mundial de frío lo tiene la Antártica, donde en 2018 se alcanzaron temperaturas de -98 °C, medidas desde satélites. Y para Ingeniosas, el récord mundial de ingenio lo tiene Antonia Acuña y Antonia Guerrero, dos alumnas del Colegio Alexander Fleming de Las Condes quienes, ad portas de pasar a tercero medio, visitarán uno de los destinos soñados para cualquier científica: la Antártica.
Antonia Guerrero se considera una persona muy multifacética y desde pequeña le gustan las manualidades y siempre estar haciendo algo. Tiene un perro que se llama Lexter y lo que más disfruta en la vida es estar de vacaciones con su familia. A Antonia Acuña le gusta tejer, escuchar música, el manga, leer y ver videos relacionados a videojuegos. Al igual que su compañera, ama viajar a lugares nuevos y sobre todo, comer.
La investigación de ambas Antonias en conjunto con su profesora Claudia Pizarro, trata un problema ambiental muy significativo en la Antártica: la contaminación por antibióticos en las aguas residuales que se vierten directamente al mar.
Ellas se enfocaron específicamente en el ciprofloxacino, un antibiótico muy común que se encuentra en estas aguas y que puede causar graves problemas en el ecosistema marino, especialmente porque puede generar resistencia bacteriana. ¿Su propuesta?: utilizar nanopartículas magnéticas, específicamente nanomagnetita, para eliminar este antibiótico del agua. “Elegimos estas nanopartículas porque son biocompatibles, tienen excelentes propiedades magnéticas y son relativamente fáciles de sintetizar en el laboratorio”, explica Antonia Acuña.
Ambas están de acuerdo en lo desafiante que fue trabajar con la remoción de antibióticos en aguas residuales, principalmente por la escasa investigación que hay en torno al tema. A pesar de esto, el trabajo en equipo y las extensas horas de lectura científica las motivaban cada vez más: “Fue muy interesante investigar toda la lista de antibióticos presente en las aguas residuales antárticas y sus propiedades. Además, fue muy divertido el proceso que tuvimos tratando de obtener mayores resultados sobre una tesis que diera el fundamento de nuestra investigación”, cuenta Antonia Guerrero.
Y como buena generación Z, ambas decidieron contestar nuestras ingeniosas preguntas por mensajes de texto:
¿Cuál fue el primer pensamiento que se les vino a la cabeza cuando se enteraron de que habían sido elegidas para este gran viaje?
A.G: Ohh, estaba totalmente emocionada apenas supimos la noticia. En ese minuto de la premiación la intriga me mataba cada vez más. Obviamente me sentí profundamente feliz por esta gran noticia y por este viaje.
A.A: Fue una noticia muy buena para nosotras, me sentí muy feliz en ese momento, ya que nos habíamos esforzado mucho. Debo admitir que tenía muchas inseguridades porque creí que era imposible quedar seleccionadas, pero sabía que la investigación era innovadora y mis dudas desaparecieron en el momento en que nos anunciaron que fuimos elegidas, uno de los tantos pensamientos que tuve en el momento fue que todo era un sueño, no me lo podía creer.
La Antártica es un lugar único: ¿Qué es lo que más les gustaría ver o experimentar allá?
A.G: ¡Muy buena pregunta! Me gustaría mucho lograr ver a los pingüinos, debo confesar que tengo cierta fascinación con los pingüinos adelia jajaja. Además me encantaría ver los atardeceres antárticos.
A.A: Lo que más me interesa ver son los animales marinos y paisajes que se encuentran en la Antártica. También, me gustaría saber cómo son las bases científicas, cómo trabajan en ellas y cuáles son las investigaciones que se llevan actualmente.
¿Qué les inspira a seguir explorando y aprendiendo en las STEM?
A.G: Me inspiran la satisfacción de mis mismas compañeras que tengo en mi entorno y la capacidad de motivarlas a ellas a que sigan fomentando y aprendiendo en las áreas STEM, y que vean que SÍ es posible seguir aprendiendo y creciendo en proyectos así. Me gustaría decirles que no se limiten, a veces nosotras mismas somos las que creemos que no podemos ir más allá, pero siempre se puede aprender y saber más.
A.A: Lo que me inspira a seguir explorando y aprendiendo en las STEM es que es algo que realmente me interesa. Desde que estaba en séptimo u octavo, las Ciencias y Matemáticas comenzaron a llamar mucho mi atención debido a que mientras más aprendía de éstas, más me gustaba y sentía mayor interés. Lo que me motiva seguir por este camino es la curiosidad y la alegría que siento al descubrir cosas que antes no sabía.
¿Cómo se siente ser las primeras Ingeniosas en pisar este territorio?
A.G: ¡Emoción, totalmente! No tengo ninguna duda de que será una experiencia maravillosa y significativa, que marcará un antes y después en mi vida. Y espero que las chicas ingeniosas sigan motivándose a seguir postulando!
A.A: Me siento orgullosa, no solo de ser de las primeras Ingeniosas en pisar territorio antártico, sino también de lo lejos que hemos llegado a base de nuestro esfuerzo y dedicación. Fue difícil, pero cada momento, desde que comenzamos hasta que fuimos elegidas, valió la pena.
¿Dónde se ven en 10 años más? ¿Creen que esta experiencia va a influir en lo que quieren hacer en el futuro?
A.G: Me veo trabajando en el ministerio, ayudando desde lo que me gustaría estudiar (Ciencia Política) a las distintas problemáticas sociales y culturales que existen en nuestro país. Pero con esta nueva experiencia, tengo claro de que la Antártica siempre estará presente en mi vida, y soy consciente de que ese es el área en la que me quiero desarrollar.
A.A: En 10 años más me veo estudiando en la universidad, probablemente una carrera orientada a las Ciencias. También creo que seguiría haciendo deportes como boxeo y dudo que mis gustos cambien mucho, ya sea en videojuegos o mangas, sin embargo creo que en 10 años más tendré mucha más confianza en mí misma. Creo que esta experiencia si ha influido y seguirá influyendo en cuanto a lo que quiero hacer en el futuro, específicamente en mis intereses laborales, ya que esta investigación, al estar muy ligada a las ciencias me hizo confirmar mis preferencias para el futuro.
Muchas niñas sueñan con hacer cosas grandes como esta, pero a veces pueden sentir que es muy difícil que se presente la oportunidad: ¿Qué consejo les darían a ellas?
A.G: Les diría que se crean el cuento, si ellas lo creen siempre será posible. Es fundamental tener la confianza en nosotras mismas y decir “sé que soy capaz de esto y mucho más”, y seguir dándole no más bebas!
A.A: Creo que el mejor consejo que les podría dar es que no se sientan avergonzadas de participar, tampoco se rindan si algo se les llega a ser difícil o no les resulta, las cosas no siempre salen como uno quiere, lo importante es seguir.